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El programa 'Erasmus' recibe el Príncipe de Asturias de Cooperación

Fecha 08/07/2004  | Fuente: http://www.expansionyempleo.comFuente de la noticia  | Autor: Ana FrancoContactar con el autor
El programa 'Erasmus' recibe el Príncipe de Asturias de Cooperación (08/07/2004) Hace diecisiete años, el 15 de junio de 1987, se implantó en las universidades europeas el programa Erasmus de intercambio de alumnos entre los países de la Unión Europea. "Entonces, las plazas disponibles para estudiar en las zonas francófonas, germanas o italianas abundaban, porque en los colegios españoles se impartía inglés –dice Alma Fernández, de Avilés, Asturias; 37 años–. Yo me matriculé en la Universidad de Oviedo y me fui a Estrasburgo, en Francia, para cursar sexto de Medicina. Como me exigían un nivel de idioma intermedio, tuve que asistir durante un mes a un curso en la Alianza Francesa que me pagó la Universidad".

Si Alma hubiera estudiado su carrera a partir del próximo septiembre, habría tenido la posibilidad de aprender algunas de las asignaturas de Medicina en dos mil universidades de treinta países, algunos de ellos no pertenecientes a la UE, como los latinoamericanos, Islandia, Liechtenstein, Noruega, Bulgaria y Rumanía. El programa Erasmus promueve la integración europea (y ahora, mundial) a través de la educación, y por eso el jurado del Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional 2004, presidido por el ex presidente del Gobierno Leopoldo Calvo Sotelo, lo ha premiado. En la lista de nominados figuraban, además, los diez nuevos países miembros de la UE y la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano, que dirige Gabriel García Márquez.

Escasa dotación
El objetivo de la Comisión Europea, ahora y entonces, cuando creó el plan, es fomentar una Europa unida, y que jóvenes como Alma se relacionen con otras culturas y otras lenguas. "Estrasburgo, como sede comunitaria, es una ciudad muy implicada en el programa. Yo tenía lo que llamaban Tutorial Time, es decir, una entrevista con el rector. Me preguntó qué quería ser de mayor, me orientó en mi carrera, me ayudó a gestionar mis estudios de posgrado y a concertar una beca. Así pude hacer un máster en Gestión de Hospitales",continúa Alma Fernández.

Sin embargo, en 1989 la joven se topó con el mismo problema al que se enfrentan los erasmus de hoy: la escasa dotación económica del programa. "Me daban unas 40.000 pesetas y me pagaban el billete de ida y vuelta. Mis padres me tenían que ayudar".Juan, madrileño de 29 años, vivió en Münster, Alemania, durante un año, en 1999. "Lo peor fue que la beca era simbólica, de 80.000 pesetas, y si alguna asignatura te había quedado pendiente en la universidad española, no podías examinarte de nuevo allí",dice.

El escaso presupuesto del que disponen los estudiantes les obliga muchas veces a trabajar, o a que las familias les apoyen económicamente, porque si no resulta imposible vivir en ciudades como París, Milán o Madrid, con lo que "se genera una cierta desigualdad”, según el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, para quien las becas Erasmus son “pequeñas, restringidas y limitadas".

Afortunadamente, no faltan intentos de mejorar el programa. "Estamos en una UE de veinticinco países y el programa puede cumplir un papel todavía más importante para la cohesión y posibilidades de movilidad a los estudiantes de esta UE ampliada",dijo ayer la ministra de Educación y Ciencia, María Jesús San Sengundo, quien explicó que el Gobierno ha respaldado la propuesta de la Comisión Europea de ampliar esta iniciativa para los próximos años. También solicitó "que se haga una reflexión sobre la dotación de este programa, y que garantice una mayor equidad en el acceso". Hay que tener en cuenta que hay países con muy distintos niveles de renta.

Aprobados "fáciles"
La mayor parte de los alumnos erasmus alaban el plan. A Marta, de 27 años, le ayudó a perfeccionar el alemán. "Es una experiencia que te ofrece una oportunidad para el mundo laboral. Te da la seguridad, además, de que no vas a perder dinero con los créditos, porque te aprueban fácilmente". Nadie niega que ésta es una de las facetas que más atraen. "Yo aprobé un examen de Económicas por saber que Jacques Delors fue presidente de la Comisión Europea", reconoce.

España es el princial destino
El programa Erasmus recibe el nombre del humanista Erasmo de Rotterdam, Erasmus Roterodamus (1446-1536), que recorrió Europa movido por sus ansias de conocimiento. Ocho años después de su creación, en 1987, Erasmus pasó a formar parte del programa Sócrates, gracias al cual se desplazaron casi 275.000 ciudadanos europeos del sector de la enseñanza.

En las cifras que se refieren a los alumnos, España fue el principal destino de los universitarios 'erasmus' durante el curso 2002/2003, seguido por Francia, Reino Unido, Alemania e Italia, según el Ministerio de Educación y Ciencia.

En concreto, acogió a 21.300 de los 123.960 'erasmus' del curso 2002/2003 (de los que 6.725 carecían de beca de gastos). En Francia fueron 18.833; en Reino Unido, 16.994; en Alemania, 16.106; y en Italia, 10.982. A España llegan sobre todo alumnos italianos, franceses y alemanes. Y de España salieron el pasado año académico 18.258 estudiantes (el 59,09% de los cuales son mujeres), que llegaron a Italia (3.493), Francia (3.121) y Reino Unido (3.053), principalmente.

La mayoría estudiaron Ciencias Empresariales, Ingeniería y Tecnología y Lingüística y Filología. En general, los alumnos permanecieron en las universidades europeas de acogida una media de 6,6 meses, con una beca que varió entre los 73 y los 110 euros mensuales. En relación a los estudios, los niveles más altos de movilidad de alumnos españoles en el curso 2002-2003 se registraron a los 19 años en Diplomatura (51,91 por ciento), a los 22 años en Licenciatura (76,68 por ciento) y a los 30 años en Doctorado (10 por ciento).

Objetivo: lograr la movilidad de los universitarios con la homologación
El programa Erasmus no es la única iniciativa para favorecer la movilidad de los estudiantes europeos. Dentro de unos años, todas las universidades de la UE homologarán sus titulaciones para promocionar la obtención de empleo y la competitividad del sistema de educación superior.

El procedimiento para unificar los programas universitarios consta de dos ciclos: diplomatura, que equivale a un pregrado en muchos países, y licenciatura (grado). Así, el acceso al segundo ciclo requerirá que los estudiantes hayan completado el primero en un periodo mínimo de tres años. El diploma obtenido después del primer ciclo será también considerado en el mercado laboral europeo como nivel adecuado de cualificación universitaria. El segundo ciclo conducirá al grado de maestría o doctorado.

Pero antes de llegar a todo ello hay que superar un escollo: la financiación. España debería aumentar un 50% el gasto en educación superior para situarse al mismo nivel que países como Estados Unidos, Corea, Suecia o Canadá, que dedican el 3% del Producto Interior Bruto (PIB), frente al 1,3% que destina el Gobierno de España. Entre otras necesidades, faltan más aulas y más profesores, porque el nuevo sistema universitario tiende a una reducción de los grupos de alumnos. Además, se producirá un giro hacia el actual modelo anglosajón y centroeuropeo: menos clases presenciales, más trabajo individual y tutorías del profesorado.

Fondos
"El Gobierno se ha comprometido a aumentar un 25% los fondos dedicados a I+D. Esto, junto a la reciente constitución de una comisión financiera en el Consejo de Universidades, abre un escenario de mejora sensible", dice el presidente de la Conferencia de Rectores Españoles, Juan Antonio Vázquez. La normativa está contenida en la Declaración de Bolonia, firmada en 1999. Según este texto, en 2010 todos los países habrán armonizado sus sistemas universitarios, estableciendo un sistema común de créditos.

El universitario tendrá el suplemento europeo al título: un carné de identidad para el estudiante que incluye información sobre la titulación, las asignaturas cursadas, la calificación, etcétera... Un curriculum vitae de bolsillo.
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